Estadísticamente, febrero es el mes que registra las temperaturas más bajas del año.

Para alborozo de los aficionados y amantes del jardín, aún a pesar del frío, se pueden hacer tareas y trabajos para cuidar tu jardín y que este preparado para la llegada de la primavera.

En febrero es el momento de preparar el suelo para sembrar césped, podar los arbustos, rosales y frutales, plantar y abonar arbustos caducifolios y rosales, entutorar y acolchar los árboles ornamentales y por supuesto plantar árboles frutales.

Febrero es el último mes que podemos realizar la poda de nuestros rosales. La poda de los rosales se debe realizar todos los años en invierno a partir del mes de Diciembre. El sistema poda es diferente entre los rosales de pie bajo (grandiflora) y los rosales trepadores.

– Rosales de pie bajo o miniatura: la poda correcta consiste en dejar una cantidad de yemas adecuada en equilibrio con la posible fuerza del rosal en el momento de la brotación. De esta forma el rosal podrá alimentar adecuadamente las yemas justas que aseguraran una abundante floración en primavera y verano. Se deberán eliminar todas las ramas secas completamente y podar las ramas vivas dejando unos 15-20 cm, que resulta equivalente a dejar unas 3-4 yemas. El corte debe hacerse justo por encima de la última yema, ligeramente inclinado el corte hacia el lado contrario a la yema.

– Rosales trepadores: la poda va encaminada a seguir la formación del rosal trepador y tienes que diferenciar las ramas principales o vegetativas, son las que no dan flor de las que darán flor. Por tanto, una vez formadas las ramas principales, sólo tienes que podar las ramas que nacen de éstas, dejándolas con unas 3-4 yemas.

También estás todavía a tiempo de plantar rosales de invierno, son más baratos que los que se pueden adquirir en primavera, nosotros disponemos de más de 20 variedades, de pie bajo, trepadores, de varios colores, con olor,…y por supuesto plantar bulbos de otoño antes de la llegada de la primavera.

Este mes es adecuado para plantar arbustos caducifolios, es la mejor época de plantación para un arbusto de hoja caduca, cuando los fríos más intensos han pasado y vamos hacia la primavera. Dos arbustos que te gustara tener en tu jardín son el Agracero rojo y la Rosa de Siria.

– Agracejo rojo o berberis. Pinchan, pero embellecen nuestro jardín, cómo pocos arbustos!

Es un arbusto caducifolio con pequeñas hojas lisas y de un atractivo tono purpura oscuro. Florece en la segunda mitad de la primavera con flores amarillas en grupos colgantes, que se transforman en frutos con formas de pera, comestibles y aptas para hacer confituras. Ante todo, planta tu berberis a pleno sol y así evitar que sus hojas pierdan su color y que el arbusto no se debilite. No es necesario que lo riegues mucho, incluso puede plantarse en zonas de secano. Pódalo de manera moderada a principios de primavera.

– Hibiscus syriacus, Altea o Rosa de Siria

Arbusto caducifolio de hasta 3 metros de altura. Se forma también como árbol de tronco alto y copa pequeña. Tiene las ramas erectas muy extendidas de color gris claro. Las hojas miden entre 4 y 7 cm, irregularmente dentadas y con pelos estrellados en el envés. Su floración va desde finales de verano a mediados del otoño. El fruto es una cápsula de color pardo amarillento cubierta por pelos amarillos.

Existen diversas variedades con flores de color azul, malva, rojo, blanco, o rosa, distinguiéndose entre ellos variedades con flores simples y con flores dobles. Especie muy apreciada en jardinería por sus flores. El uso del Hibiscus puede ser aislado, en grupos o como setos libres. Los formados como árbol, se usan en grupos o alineaciones en caminos.

Debemos ubicarlos a pleno sol y es muy resistente al frío, a diferencia del Hibiscus rosa-sinensis, que no resiste las heladas de cierta intensidad. Prefiere los suelos permeables aunque admite los terrenos calizos y aguanta los climas salinos de las zonas costeras. Es importante vigilar el riego y la correcta fertilización, pues ello redundará en el verdor de sus hojas y en la floración.

En nuestros viveros de Zaragoza puedes comprar estos y otros muchos arbustos.

Preparar el terreno para la siembra del césped. Seguro qué te preguntas cómo sembrar césped correctamente. Con los primeros calores de la primavera (a partir del mes de marzo), la tierra estará lista para ser sembrada con las semillas de césped. Si quieres tener éxito en la germinación ahora tienes que acondicionar el suelo adecuadamente y ante todo no debe faltar materia orgánica en el mismo. Sigue estos pasos y seguro que obtienes unos resultados satisfactorios.

1-    Limpiar el suelo. Revisa el área en la que piensas sembrar el césped y arranca todas las malas hierbas y matojos; procura que no queden restos de brotes, raíces o estolones. Si quieres evitar este trabajo, puedes aplicar un herbicida total entre 2 y 3 semanas antes de seguir con las siguientes tareas. Una vez pase este periodo, lábralo ligeramente y retira todos los escombros, piedras y piedrecitas que encuentres sobre el suelo.

2-    Hacer un buen drenaje. Un terreno que vaya a tener césped no debe encharcarse salvo en el caso de las puntuales lluvias torrenciales. Tiene que absorber los aportes de agua con total fluidez. Si observas, que se forman charcos con facilidad, o si haces un hoyo y lo llenas de agua y tarda en filtrarse más de 15 minutos, es preciso drenar tu suelo formando desniveles en el terreno, aportando tierra a las vaguadas y evitando superficies cóncavas o excavando una serie de zanjas con forma de espina para llenarlas de grava.

3-    Corregir. Tienes que observar tu suelo para averiguar cuáles son sus características físicas (granulométricas) y químicas (pH o índice de acidez). Si tu tierra es arcillosa (humedeciéndola puedes formar un cilindro con tus dedos y cuando se seca se vuelve dura como una piedra) debes incorporar un buen sustrato universal con fibra de coco en los primeros 20 cm. Si es más arenosa (imposible moldear el cilindro, con un color muy claro y muy suelta esta no retiene agua), la solución es también añadir sustrato en la misma cantidad que con tierras arcillosas. Si el terreno fuera acido, generalmente son tierras oscuras, puedes añadir  cal en forma de polvo sobre el suelo antes de trabajarlo.

4-    Labrar. Llega el momento de labrar o roturar el suelo a fondo, para que puedas trabajarlo con facilidad en todas las labores siguientes. Puedes hacerlo con el azadón, la pala jardinera o preferiblemente, con una moto azada o mula mecánica. La profundidad recomendable son entre 30 y 40 cm.

5-    Abonar. Es recomendable utilizar un abono de lenta liberación especial para césped. Recuerda que no es aconsejable remover en exceso la tierra, porque expondrías al aire la beneficiosa e imprescindible microflora y microfauna (microbios) del suelo, ocasionando una gran mortandad que con el paso del tiempo lamentarías. Si fuera preciso, labra el terreno más de una vez, hasta que no queden terrones y la materia orgánica se encuentre perfectamente mezclada con la tierra, formando un sustrato oscuro y suelto.

6-    Rastrillar. Por último tienes que nivelar con el rastrillo el terreno para evitar los baches, por pequeños que sean, donde caerían las semillas sin posibilidad a emerger, además de impedir un aspecto estético de la zona y dificultar gravemente las tareas de mantenimiento posteriores, sobre todo la siega. Puedes usar para ello un rastrillo de 14, 16, ó 18 púas. Elige el que mejor se adapte a tus características y pásalo por el terreno, extrayendo las pequeñas piedras y los miniterrones, y aprovechando para nivelar los pequeños baches que encuentres a tu paso.

En el momento que hayas realizado estas 6 tareas y una vez lleguen días consecutivos con temperaturas superiores a 15 grados, estarás en disposición de sembrar semillas de césped en tu jardín o terreno y tener un jardín envidiable.

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Esperamos que hayáis aprendido con la información que hemos compartido con vosotros. Si tenéis alguna duda o pregunta podéis dejar un comentario en esta publicación o contactar con nosotros a través de nuestro formulario o por email.